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ubicuamente : breviario de incertidumbre

música

Susana Seivane y Mikel Erentxun

Hoy he ido a ver a la gaiteira Susana Seivane (y a su banda) al antiguo campo de fútbol de Seminario Mayor (¿campo de fútbol + Seminario Mayor? estos curas no saben qué hacer para aligerar la indumentaria de sus lacayos). En términos generales estuvo bastante bien, en especial el bajista: Kin García. Música tradicional gallega con algún que otro sincretismo interesante (con la rumba, por ejemplo) y algunos riffs con amalgamas rítmicas al estilo de Berrogüetto. Coincidencias de la vida, el batería es el tipo que me vendió las congas.

Tras el concierto y unos minutos de cuñas radiofónicas de una de esas cadenas que hacen listas de 'a ver quien paga más' llegó Mikel Erentxun. No recuerdo haber escuchado nada nuevo de él desde que se deshizo Duncan Dhu, quienes tenían un par de temas resultones, y las cuatro primeras canciones del repertorio me han convencido de que no lo vuelva a hacer; de hecho, tras soportar los cuatro temas de rigor estoicamente (dando un breve margen de confianza) y un par de aplausos inconscientes (no sé si por el tema o por haberse callado), huimos en desbandada (como mucha otra gente). Lo de este tipo es increíble: el mismo ritmo, el mismo pulso, las mismas cadencias... canción tras canción, empalagando hasta la salivación. "Ven, ven, bomba nuclear" fue una de las frases que más me conmovió, las demás, igualmente absurdas, desfilaban por los temas como arrancadas a flatos de una garganta poco hábil. Un primor, vaya.

Victor Wooten

Victor Wooten Victor Wooten es uno de esos músicos geniales que fechan las generaciones y a partir de los cuales tocar un instrumento nunca vuelve a ser lo mismo. Un solo de bajo de Wooten es una experiencia inolvidable para cualquier melómano y no sólo en el aspecto técnico - que en mi humilde opinión es incluso superior al difunto Jaco Pastorius - sino también en el musical y, me atrevería a decir, en el plástico. Es una de esas visiones que me aísla del entorno, me abre los ojos sin mesura y me pone una sonrisa estúpida que deja translucir un "increíble". Y como muestra, un solo en un concierto con Bèla Fleck (que sólo podrás descargar mediante eMule u otro cliente compatible).

Victor Wooten comenzó a tocar el bajo eléctrico a los 3 años, sé lo que estás pensando y estás en lo cierto: era más grande que él, y a los 5 ya tocaba profesionalmente en los Wooten Brothers (la comparación con los Jackson Five es inevitable). Más tarde, él y su hermano RoyEl (The Future Man) - otro crack, éste toca la percusión con un instrumento inventado por él mismo: la Drumitar -, fueron reclutados por Bèla Fleck, considerado el mejor banjista de todos los tiempos (sí, sus madres los paren y ellos se juntan), para formar los Flecktones: una banda ecléctica que mezcla bluegrass, cajun, funk, jazz y cualquier otra música norteamericana que se les ponga por delante.

Desde entonces su evolución ha sido imparable, entre otras cosas ha tocado con músicos de la talla de Chick Corea, Jon Anderson (Yes) o Adrian Belew (King Crimson), ha editado un disco doble en solitario y un par de álbums de jazz rock con Scott Henderson (Tribal Tech) y Steve Smith (Vital Information) bajo el nombre de Vital Tech Tones.

Lo dicho, un genio.