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ubicuamente : breviario de incertidumbre

Violencia de género

Esta ley sale coja y tumefacta. Pegadita a la tradición de los gobiernos liberales de cagar leyes ad hoc por (y/o para) no tener unos principios claros sobre los que gobernar. Extraer esta suerte de violencia del Código Penal para crear una ley, fue una exigencia de cierto feminismo que vive enclaustrado en sus preocupaciones.

Si el PSOE con la Biblia, perdón, la Constitución en la mano, llegó a la conclusión de que no se pueden mantener disinticiones legales por razón de sexo. ¿Cómo se le ocurrió crear una ley en la que en un caso de violencia familiar la pena (ergo la culpa) sea mayor para hombres que para mujeres? Por la falta de presión social, que no es más que la falta de lobbies de ancianos maltrados por sus hijos, de hombres maltratados por sus mujeres, o hijos maltratados por sus padres. ¿No existirán acaso hombres o mujeres maltratados por su pareja homosexual? ¿No se habían propuesto ampliar el ámbito del matrimonio?

Lo jodido de todo esto es el tufillo a fracaso de tan fantástica medida (sí, es ironía). La violencia es un recurso con el que siempre ha contado el ser humano (como tantos otros animales) que se muestra como un lastre para el desarrollo social, el individuo cede parte de su cuota de violencia cuando los jefes tribales se encargan de sus asuntos. En Galicia, país de minifundios, es notoria la transición observada en la resolución de los conflictos por lindes terrenales: antaño resueltos por el arcaico método del golpe de sacho, hoy suele dilucidarlos un juez.

La violencia en el ámbito doméstico trae más cola de la que puede recoger una ley tan miope. Para obrar un verdadero cambio sólo se puede contar con la educación, el único motor que puede hacer salir a esta sociedad de la perspectiva desde la cual la virilidad es violencia (física o verbal) y la femineidad sumisión.

Eduardo Haro Tecglen comenta: Mi duda está en que una gran parte de los agresores se suicidan o se entregan a la policía: cuando matan saben ya que su vida está perdida, y les daría igual hasta la pena de muerte, si existiera.

¿Qué agresor tomará en cuenta la ley para no agredir a su esposa? Se ven más ansias en el PSOE por desfacer entuertos que por prevenirlos.

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